sábado, 10 de agosto de 2013

No me sueltes por favor

Me encuentro sumamente abrumada y pesarosa por algo que no he vivido y espero no vivir jamás: La pérdida de un hijo, específicamente el robo de un hijo y es que cada vez que veo una alerta ambar en la televisión se me hace un hueco en el estómago de sólo imaginar lo que estará sufriendo ése pequeño o pequeña con extraños y lejos de su familia que lo quiere y de su madre que lo ama y claro los papás con la angustia a flor de piel.
Es más de tan sólo pensarlo se me llenan los ojos de lágrimas... 
Tan fácil que es evitar una situación tan terrible, haciendo lo que debemos que es cuidar de nuestros hijos y no del chisme que nos cuenta la vecina o de lo que acaban de twittear y mucho menos actualizar nuestro face si lo más preciado que tenemos está ahí con nosotras y en un minuto desaparecer mientras tonteamos haciendo cualquier otra cosa.
No sé, quizas ésto de ser mamá me tiene loca, pero yo prefiero dejar el celular guardado en el bolso o en el bolsillo e incluso traerlo colgando en el cuello, pero no utilizarlo cuando estoy con la princesita en la calle porque se que me distrae y ella se merece toda mi atención.
Sólo les pido que cuando salgan con sus niños no los pierdan de vista, porque los pueden perder...

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