sábado, 30 de junio de 2012

Mis primeros seis

Mis primeros seis meses como mamá primeriza han sido una locura, ¡Los mejores de toda mi vida! Desde que nació la princesita hasta el día de hoy no he dormido ocho horas seguidas, he aprendido a comer con el plato a no menos de diez centímetros de distancia, a bañarme en cinco minutos, conozco el olor de mi nena cuando tiene sucio el pañal y sé cuando ya debemos de cambiar de etapa, ya deje de tener un horario para amamantarla y he decidido que coma cuando tenga hambre o sed, a cocer verduras y hacer papillas, hoy sé que lo mejor para quitar las manchas de popó de la ropita y las de comida de los baberitos es pre-lavar con jabón liquido para trastes, que solo se necesitan palmadas suaves para que la nena eructe y que si le pongo el talco al pañal le va a evitar rozaduras; también sé que la vitacilina bebé le alivia pronto las rozaduras y que es bueno dejarla sin pañal un momento durante el día.
Si, es verdad, ya sé muchas cosas, pero tan sólo son seis meses y tengo mucho más que aprender, además estoy segura que me falta escribir muchas más cosas que he aprendido y que quiero compartir con todas las mamis que están pasando por las mismas situaciones y tienen un mundo de dudas, pero a éstas horas sólo pienso en dormir un poco antes de que la princesa lance su primer grito para que la acueste conmigo, sin embargo aquí estoy por si alguna lanza alguna pregunta.
Lo mejor de estos meses ha sido sin lugar a dudas despertar cada mañana junto a mi niña y ver esa sonrisita sin dientes cada vez que le doy su beso de buenos días.

lunes, 25 de junio de 2012

De la cama a la cuna

De nuestra cama a la cuna hay tan sólo un espacio de un metro, pero cuando me di cuenta que la princesa ya tendría que dejar su moisés en que había dormido plácidamente desde que llegó a la casa porque le estaba quedando chico, me parecía que estaba a punto de abandonarla en medio de la nada para que durmiera a su suerte; a la hora de acostarnos por la noche le daba pecho como siempre y esperaba a que se durmiera en mis brazos y así me quedaba por un momento hasta que mi esposo me decía ya, pon a la nena en la cuna y descansa un poco en lo que se despierta otra vez, la acostaba y me acostaba a dormir y no les miento cuando les digo que cada tres horas me despertaba como relojito a ver si se había movido, si estaba bien acomodada, si respiraba (ya saben cosas de mamá primeriza) al primer llanto yo ya estaba parada junto a la cuna para cargar a la nena y darle de comer para que siguiera durmiendo, hubo días en que se despertaba tres veces, otros en los que dormía toda la noche hasta el amanecer, pero siempre, siempre, termina durmiendo en la cama con papá y con mamá, él en una mitad de la cama, ella en la otra y yo en diez centímetros de colchón y feliz porque tengo a mis dos amores conmigo.
Seguramente algún día dormirá sola en su cama, pero mientras pueda darle la seguridad de despertar acompañada por sus papás, la comodidad para dormir como ella quiera y la disponibilidad de su teta nocturna, ¿por que no?

miércoles, 20 de junio de 2012

Transportando al bebé

Hace unos días fui a un centro comercial a comprar un regalo para mi esposo, esta vez llevé porta-bebé del auto que se adapta a la carreola, carreola, pañalera, pañalera adaptada a bolsa de mamá y claro a la princesa escoltada por tres de sus abue-fans, mientras rebuscaba el regalo en la sección de caballeros que estaba a reventar, caí en cuenta que había muchos bebés con sus papás, la mayoría de ellos cargados sólo en brazos lo cual después de un tiempo es muy cansado tanto para el que carga como para el bebé porque al cambiarlo de posición una y otra vez no descansa como debería, pero el que más me llamó la atención fue un chiquito de quizás un mes de nacido al cual traía su papá (un chico bastante joven) en un canguro de esos rígidos en donde quedan colgadas las piernitas, como se podrán imaginar mientras sus papás y demás familiares hacían las compras el pobre niño lloraba y lloraba hasta que a alguien se le ocurrió cargarlo y acunarlo en su pecho en posición de ranita; y entonces es cuando pienso que hace mucha falta la difusión de la crianza con apego y sus herramientas, porque es muy fácil ir al supermercado a una tienda cualquiera y comprar un canguro para cargar a nuestros hijos, pero no todos son ni seguros y mucho menos cómodos para ellos y si sumamos que a nuestro alrededor es rarísimo encontrar a alguien hoy en día con un fular, mei tai, bandolera o rebozo peor.
Por eso invito a las mamis primerizas y a las que no lo son tanto que se informen sobre los beneficios de portar a su bebé con un producto de calidad, yo personalmente he probado las bandoleras y el fular y los  recomiendo ampliamente.  

martes, 19 de junio de 2012

Nuestro primer mes

Al salir del hospital con mi princesa en brazos juro que lo único que tenía en mi mente era amamantarla y llegar a casa a dormir y lo primero que hice fue darle de comer, la coloque en posición en mis brazos, me saque el seno y en seguida comenzó a succionar el calostro, lo primero que debió comer y que por cuestiones logísticas no sucedió ya que no la pude tener conmigo durante la estancia en el hospital. Ya me habían dicho que dolía y que te puede dar calentura o dolerte los senos y también me habían hablado de los pezones cuarteados, pero de lo que pocos hablan es de la maravillosa experiencia de alimentar a otro ser humano, el darte cuenta que de la única persona que depende esa cosita linda es de ti para poder vivir.
Durante los primeros días recibimos visitas de la familia más cercana únicamente, porque aunque es verdad que te ayudan con ciertos quehaceres lo que una quiere es descansar y dormir al mismo tiempo que el bebé; el primer baño es algo que siempre se recuerda porque da pavor que vaya a suceder algo malo, por suerte mi madre estuvo allí para decirme que hacer y cambiar pañales que pareciera que es lo más sencillo resultaba una sorpresa cada vez que lo hacía, había ocasiones en que sacando el pañal del trasero ya se estaba orinando y en otras me ganaba con la caquita, lo bueno es que siempre me toco tener el cambiador plástico o bien una cobijita que salvara el colchón de la cama y como olvidar el cuidado del ombligo para que se secara rápido, de lo más sencillo, buena higiene, un poco de alcohol al terminar el baño y dos semanas después lo tiré junto con un pañal al bote de basura (luego me enteré que debí haberlo guardado según las costumbres familiares ja¡)
Lo más pesado de ése primer mes fueron las salidas al hospital para que le hicieran el tamiz metabólico ampliado (una bendición que a veces resulta pesadilla, ya luego les contaré) el tamiz auditivo, las vacunas y la visita al pediatra porque a la princesa le dio ictericia misma que se le quito a las tres semanas con sus respectivos baños de sol.
En cuanto a mi, la cuarentena me duró quince días, no tuve ningún retortijón y la producción de leche a todo lo que daba, la episiotomía sólo me molestó mientras se absorbían los puntos y aprendí a dormir por intervalos de dos horas durante la noche con una lamparita en el buró.

viernes, 15 de junio de 2012

¡Albricias nació la princesa!

El día que nació mi princesa llegue al hospital pensando que me haría el ginecólogo una revisión de rutina y quizás un trazo para ver como estaba mi niña, durante la noche había tenido unas cuantas contracciones pero nada de consideración y cual fue mi sorpresa cuando el doctor me mando a ingreso inmediato porque ya estaba cumpliendo la semana cuarenta y uno y no podíamos esperar más. Desde siempre yo pedí tener parto natural para no tener nada que ver con quirofanos ni medicamentos que pudiesen contaminar a mi bebé, así que a las nueve de la mañana me indujeron el parto; recuerdo que le pedí a mi esposo que me dejara un libro porque iba a leer mientras comenzaba el trabajo de parto, cual fue mi sorpresa cuando al cabo de tres horas comenzaron las contracciones de verdad (después de que me ayudo el doctor a romper membranas) y ya no pude leer una palabra más aunque en ése momento aún me podía levantar y caminar; tres horas más tarde me aplicaron un medicamento para disminuir el dolor y facilitar la dilatación, en la revisión ya tenía cuatro centímetros y aunque quise soportar el dolor mediante respiraciones la verdad es que comencé a quejarme de a poco hasta que de plano me escuchaba toda la sala de labor y una hora más tarde rompí fuente, pedí la anestesia local porque sentía que ya no podía más antes de pasar a la sala de expulsión pero no me hizo efecto y entonces ya todo fue rápido, me prepararon para dar a luz, me indicaron como debía pujar y después de hacer el esfuerzo más grande de mi vida ¡Por fin nació mi princesa!
Debo confesar que esos segundos que pasaron desde que nació hasta que lloró por primera vez mi nena han sido los más largos de mi existencia, y el primer contacto es abrumador, recuerdo haberle dicho algo como "hasta que te conozco" y darle un beso...

Nuestra historia (continuación)

Hoy me parece lejanos los días en que caminaba por la calle orgullosa de estar embarazada, pero debo decir que fueron unos lindos días en que las personas me miraban con ternura, me daban consejos y me procuraban, como les comente en la entrada anterior algunos días no fueron tan buenos y esos días fueron de ansiedad, incertidumbre y temor, exaltados lógicamente por la cantidad de hormonas que tenia en el cuerpo y puedo decir que sin mi esposo hubieran sido aún más difíciles, afortunadamente me dio la comprensión que necesitaba; no puedo dejar a un lado el hecho de que todas necesitamos de alguien que nos vaya guiando según su experiencia y en mi caso mi hermana me ayudo muchísimo con sus consejos muchos de los cuales seguí (ja).
Creo fervientemente que mucho del éxito de mi embarazo fue la dieta que lleve un poco obligada por las circunstancias (edad, peso inicial) y que no fue super estricta pero si controlada por mi con el fin de que mi bebé naciera bien, y apoyada en el control de peso que mes con mes hacía mi ginecólogo.
De esos detalles que uno recuerda a pesar del paso del tiempo es un desayuno en que ya con mi embarazo avanzado se me ocurrió tomar no una, si no dos tazas de café americano y de repente me comenzó una especie ansiedad y mi bebé se movía muchísimo, me puse nerviosa y le pedí a mi esposo que me diera agua unos tragos bastaron para controlarme, pero tremendo susto que nos llevamos y todo por no pedir descafeinado, uno aprende de esos pequeños errores.
A veces cuando me siento a escribir o a ver algún programa de televisión aún acaricio mi estómago esperando sentir a ese pequeño ser que tuve dentro durante nueve meses y después sonrío al recordar su carita mientras duerme en su cuna...

martes, 12 de junio de 2012

Nuestra historia (Parte 1)

Recuerdo que cuando me confirmo el médico que estaba embarazada me quedé en shock, era tanta felicidad y alegría que no sabía bien como manejarlo, después vino a mi mente el anunciarlo a la familia pero nos guardamos el secreto hasta el tercer, fuimos sólo tres cómplices esperando el momento justo para anunciar la llegada de nuestro primer bebé y justo después del anuncio comenzaron los malestares matutinos y los ascos, mes tras mes le pedía al ginecólogo que indagara si sería niño o niña, pero la verdad es que lo que más me interesaba es que se formara bien y que no tuviese ningún problema, tenía mil dudas que poco a poco se fueron resolviendo y creo que una de las cosas más cómicas es que a pesar de que no se notaba mi pancita yo comencé a usar ropa de embarazo, como nunca en la vida ansiaba verme con panza (ja); por las noches rezaba para que mi bebé creciera sano y fuerte y acariciaba mi vientre esperando sentir sus movimientos, a diario le hablaba, escuchabamos música clásica y le leía algunas páginas de un libro. No siempre fueron buenos días, pero prefiero recordar las partes que me hicieron feliz y que fueron (por cierto) la mayoría...

sábado, 9 de junio de 2012

Comienzos

Ese primer mareo aquella mañana me cambió la vida, desde ese momento supe que estabas creciendo dentro de mi y que el momento para ser mamá había llegado y así comienza esta historia que compartiremos con otras mamás y otros bebés de muchos lugares y que igual que nosotras aprenden algo nuevo cada día