miércoles, 16 de enero de 2013

Sensibles e inteligentes

Así es como son nuestros hijos, sensibles e inteligentes, y no sólo porque sepan que los queremos tanto o más que a nosotras mismas o porque antes de lo esperábamos dijeron mamá o papá y nos emocionamos hasta el mismo llanto, no, yo creo que va más allá y lo he vivido con la princesita en más de una ocasión, les contaré cómo:
Hace unos meses tuve una infección en la garganta la cual no traté como debí y se me pasó al oído, debo confesar que soy muy sensible con mis oídos así que cuando la infección me provocó que se tapara por completo entré en un estado de ansiedad terrible, esto sucedió por la mañana y decidí salir para ir al médico y resolverlo ya; recorrí las calles del vecindario en espera de que abriesen el consultorio mas cercano durante una hora y nada, de repente comenzó a llover y tuve que tomar un taxi para ir con otro médico, el cual me atendió y rápidamente me di a la tarea de comprar la medicina, lo cual implico caminar durante veinte minutos más ya sin lluvia, pero con un calor terrible, sol y humedad a todo lo que daba, después del recorrido por las farmacias regrese a casa para tomar las medicinas y abrazar y besar a la princesita quien me acompaño durante toda la aventura sin quejarse y portándose de lo mejor.
Considero a los niños y bebés lo suficientemente capaces de comprender cuando uno se siente mal, esta cansado, disgustado, al igual que cuando estamos alegres, tranquilos, eufóricos, cuando les enseñamos a ser sensibles hablándoles sobre lo que sentimos y razonando con ellos y aún cuando no lo hacemos.
Vale la pena exaltar esa sensibilidad para hacer de nuestros hijos mejores personas, ciudadanos, vecinos, amos, amigos, en fin simplemente:
Mejores...

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