martes, 29 de enero de 2013

Verde pistache perfecto

Hace unas semanas nos tomamos unos días fuera de la ciudad, decidimos pasarla bien juntos como familia feliz; íbamos con dirección a un lugar en particular pero antes pasamos por muchos pueblos muy lindos y pintorescos vimos el mar, las montañas, los volcanes, los naranjales, cafetales y los cañaverales; y como suele pasar, en el lugar menos pensado me encontré con el loveseat más encantador que había visto en mucho tiempo, verde pistache con patas metálicas de lo que llaman un diseño minimalista y un tapizado suavecito, pero en cuanto lo ubique en la sala de la casa mi mente comenzó a pintar el escenario con la nenis, poniendo sus manitas embarradas de comida sobre los asientos o escupiendo el último trago de agua de papaya con esa sonrisita picarona que pone, hasta ahí puedo decirles que aun era tentador tenerlo pero luego me imaginé a la pricesita tropezando y lastimandose con el metal de las patas y decidí que lo mejor es disfrutar mi sillón viejito de tapicería café y patitas mínimas al que la beba ya aprendió a subir y bajar a su antojo.
Quizás más adelante lo cambiaremos, pero seguramente no será verde pistache... Ni rosa jeje pero se parecía un poco a éste.



Y aprovecho para invitarlas a que promuevan la lactancia con el ejemplo y que no se dejen llevar por mitos, la lactancia materna es lo natural y la nenis y yo vamos por los catorce meses ehhh¡¡¡

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